martes, 10 de julio de 2012

¿ POR QUÉ ?


A veces me pregunto
y no tengo respuesta
¿ por qué en el ser humano
cabe tanta bajeza ?.

¿Por qué nace la envidia?
¿Por qué llega el rencor?
¿Por qué amargar la vida
con tanto desamor?.

¿Por qué  sentir la ira
dentro del corazón,
si solo conseguimos 
dolor y desazón?.

¿Por qué queremos siempre
saber más de lo ajeno, 
que de lo que acontece
en nuestro propio techo?.

¿Por qué tanta mentira
y tanta falsedad,
si solo nos conducen
a herir a los demás?

¿Por qué esa gran repulsa,
cuándo no comprendemos 
que pueden darse amor
seres del mismo sexo?.

¿Por qué la indiferencia?
¿Por qué la incomprensión?

¿Por qué vivir de espaldas,
ignorando el dolor
de los que viven presos
de guerra, hambre y horror?.

Reflexionemos todos,
pues hemos de cambiar,
ser mejores humanos
para la humanidad.

No pensemos que somos
mejor que los demás,
ni arrogemos la piedra
que encima nos caerá.

Paulina Simoes López

BELLA Y TRISTE HISTORIA



Como una flor marchita, ajada por el tiempo,
tiene el cabello blanco y el caminar sereno.
Los suspiros del alma la dejan sin aliento,
y el corazón le sangra cuando evoca recuerdos.

Era joven, muy joven, con ojos como espejos,
tez sedosa y rosada y muy negro el cabello.
Era lo que se dice una mujer de ensueño,
de esas que todas miran con envidia y recelo.

Conquistó el corazón de un galán muy apuesto,
que le hizo promesas de amor noble y sincero.
Ella quedó prendada de tanto galanteo,
y se entregó sin dudas a todos sus deseos.
La poseyó una noche, bajo el manto del cielo,
la luna y las estrellas fueron testigos de ello.

Esa unión dió su fruto, el fruto del deseo,
el fruto que gestaba al calor de su seno.
Ella estaba feliz, pues siempre fué su anhelo
ser algún día madre y ahora, iba a serlo.

Pero nunca la dicha llega de forma clara,
siempre lleva consigo un cuchillo de plata.
Un cuchillo que corta la ilusión en tajadas, 
y te parte la vida, y te destroza el alma.

Ella tuvo a su hijo, pero él, ya no estaba,
su lugar era otro, su mujer y su casa.
Rota por el dolor, solo se preguntaba :
"¿ por que dijo te quiero si ya tenía amada?"

La sombra de la duda muy cerca planeaba,
"¿como cuido a mi niño, si yo no tengo nada ?"

Envolvió en una manta al ser de sus entrañas,
y escribió cuatro letras con desgarro en el alma:
" Aquí dejo mi vida, me voy con mi dolor,
decidle que su madre siempre, siempre lo amó."

Y lo dejó a las puertas de una linda casa,
mientras ella se iba sin volver la mirada

Jamás se ha perdonado la decisión que un día,
marcara su destino el resto de su vida.

Paulina Simoes López.